miércoles, 15 de diciembre de 2010

Gritá como si en tus palabras se escondiera el mañana. Llorá con la nostalgia que implican las lagrimas. Sonreí como si fuera la última vez que encuentres la felicidad. Reí como si hubieras presenciado el evento más divertido del mundo.
Pero nunca calles.

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