viernes, 6 de agosto de 2010

Todos le tenemos miedo a las pesadillas pero hay que tenerle miedo a los sueños felices, porque es de eso de lo que no queremos despertar. Vivir soñando es como tener una tarjeta platino sin límite, y que nunca te llegue el resumen. Si alguien despierta cuando estas teniendo una pesadilla, se lo agradecés. Pero si alguien te corta un sueño feliz, lo querés matar ¿o no? Somos cenicientas que borramos el número doce de todos los relojes, para que nunca se hagan las doce y la carroza no se nos haga zapallo. Claramente, todos odiamos al despertador, pero qué sería de nuestra vida sin él. ¿Qué despierta un despertador cuando te despierta? Tus sentidos. Salís del sueño y empezás a ver, a escuchar, a oler, a sentir. Pero poder despertar primero hay que desearlo. Luego intentarlo. Y después dejar que ocurra.

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